Viaje Express por Sofía e inmediaciones (Bulgaria)
Algunos
datos del país…
Bulgaria es
uno de los veintisiete Estados soberanos que
forman la Unión Europea. Está situado en Europa
Oriental, Europa
meridional, y Europa del Sudeste. Limita con Rumania al
norte (separados en gran parte por el Danubio), Serbia y Macedonia del Norte al oeste, con Grecia y Turquía al
sur, y con el mar Negro al este.
Con un territorio de 110 879 km², Bulgaria
se sitúa en el lugar 15.º de Europa por su superficie. Varias zonas montañosas
definen el paisaje, destacando la Stara Planina (los Balcanes)
y las montañas Ródope, así como las montañas Rila,
que incluyen el pico más alto en la región de los Balcanes, el Musala.
Por el contrario, la llanura del Danubio en el norte y la llanura tracia superior en el sur son
las regiones más bajas y más fértiles de Bulgaria. Los 354 km de costas en el
mar Negro constituyen todo el límite oriental del país. La capital y ciudad
mayor es Sofía,
con una población permanente de 1 270 284 habitantes.
La aparición del estado búlgaro se remonta al siglo vii aunque estas tierras estuvieron
ocupadas anteriormente por los famosos Tracios. El estado y la etnia búlgara actual
conservan las tradiciones del Primer Imperio Búlgaro (681-1018), que llegó a abarcar
la mayor parte de los Balcanes y lógicamente se convirtió en un
centro cultural para los eslavos en la Edad Media.
Con la caída del Segundo Imperio Búlgaro (1185-1396/1422), su territorio cayó
bajo el dominio del Imperio otomano durante casi cinco siglos.
La Guerra Ruso-Turca (1877-1878) llevó a
la creación del Principado autónomo de Bulgaria en 1878, que ganó su plena
soberanía en 1908.
En 1945,
tras la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en
un estado socialista y formó parte del Bloque del
Este, hasta que sucedieron los cambios políticos en Europa
Oriental en 1989 y 1990, cuando el Partido Comunista permitió elecciones multipartidistas y
Bulgaria llevó a cabo una transición a la democracia parlamentaria y la economía de libre mercado capitalista con
resultados mixtos.
Bulgaria funciona como una democracia parlamentaria dentro de una república
constitucional unitaria.
Además es miembro de la Unión Europea,
la OTAN,
las Naciones Unidas y la Organización Mundial del Comercio.
La moneda local es el Leva siendo la conversión
aproximada 2 levas = 1 euro, y la hora es una más que en la España peninsular.
10-09-2023
¡Comienza la aventura!. Madrugón y al
aeropuerto de Manises (Valencia). Cafecito a 1,55 euros, no está mal para ser
un aeropuerto. Tomamos sin contratiempo alguno el vuelo a las 09:15 horas y a
las 13:30 hora búlgara (+1) aterrizamos en Sofía. Hemos sobrevolado la Albufera
de Valencia, las salvajes Ibiza y Mallorca, Cerdeña, la península itálica que
desde arriba se ve muy poblada, la espectacular costa dálmata croata salpicada
de paradisiacas islas, Bosnia, el montañoso y puro Montenegro y Serbia. Ha sido
un deleite para la vista.
Una vez en tierra firme, comenzamos a
fijarnos en los detalles de todo lo que nos rodea y vamos sacando conclusiones…
La Terminal 1 donde hemos aterrizado
está muy vieja y descuidada. La T2 a donde llegamos tras coger un bus gratuito
es otro mundo. Se nota que en esta si se toman más molestias para conservarla.
El idioma búlgaro es rarísimo, me suena a ruso. Y es que tiene raíz común. Su
alfabeto es el Cirílico. Nosotros utilizamos el latino.
En la Terminal 2 tomamos el metro,
concretamente la línea amarilla hasta la parada Konstantin Velishkov donde,
cerca, se encuentra nuestro hotel.
Sacamos en un cajero 75 euros en levas
búlgaras con la tarjeta Revolut. Me cobran unos 3 euros de comisión pero no
tenemos más remedio. Hemos leído que en muchos lugares en Bulgaria no existe
posibilidad de realizar el pago con tarjeta así que hay que ser precavidos y
llevar moneda local.
A escasos metros, en la Calle
Aldomirovska 108, se encuentra el EasyHotel, un hotel donde las habitaciones
son cajas de cerillas. Aquí nos quedaremos tres noches.
Nos recibe un recepcionista que
obviamente no habla español así que pongo en practica mi inglés melillense y
nos malentendemos lo suficiente para que me de las llaves y me diga el número
de habitación. No parece simpático pero el último día comprobaré que en
realidad no es así. Simplemente su inglés también es algo básico también.
Una vez alojados, nos ponemos cómodos
y marchamos a patear la ciudad. Es a lo que hemos venido, a conocerla lo más a
fondo que nos da el tiempo que pasaremos aquí.
Antes de comenzar, estámos
hambrientos pues llevábamos muchas horas sin comer, vamos a comprar a un
supermercado, pero es domingo y están casi todos cerrados. Vaya mala pata…Cerca
del hotel existe un pequeño mercado de pequeños comercios donde descubrimos una
panadería. No tiene gran cosa pero al menos podemos comprar pan y agua. Hemos
traído de España embutido y galletas así que subsistiremos con ello hasta
mañana lunes.
Una vez que saciamos el caprichoso apetito
comenzamos a caminar por una avenida principal de nombre irrecordable que nos
lleva al Bulevar Vitosha. Aquí se halla el Palacio Nacional de la Cultura y se
palpa un gran ambiente. Muchas personas se congregan por este gigantesco parque
para pasear y pasar el domingo. Además, existen numerosos puestos de ventas de
libros pero, eso sí, todos en búlgaro. Me llama la atención como en Bulgaria el
inglés se usa más bien poco. Prácticamente todos los carteles, señales y
letreros están solo en el idioma local. Me resulta raro y curioso ya que esto
no sucede en otras capitales europeas donde el inglés está por doquier. Tras un
rato en la zona, continuamos por zonas ajardinadas hasta que llegamos a otro
gigantesco parque situado más al este donde se encuentra el estadio nacional y,
un poco más al sur, el estadio del equipo de fútbol más famoso de la ciudad, el
CSKA de Sofía. Como soy aficionado al balón pie, dedicamos un rato a deambular
por las inmediaciones de este último estadio. Incluso, aunque está cerrado,
logro acceder a una zona en alto desde donde puedo ver el interior del mismo.
Es pequeño pero no está mal para una liga de menor importancia en el mundo como
es la búlgara.
Hace una temperatura agradable. Al
comenzar la caminata hacía calor pero ahora que el sol va bajando por el
horizonte cada vez se está más a gusto. Vamos buscando un lugar donde hacer un
pequeño descanso y tomar algo para reponer fuerzas. De repente y por
casualidad, en la zona de la Universidad vemos un Supermercado llamado Billa
que se encuentra abierto. Tiene buena pinta así que entramos. En los próximos
días descubriremos que es una cadena y que existen muchos en toda la ciudad. El
supermercado está en un acceso a una boca de metro. En los próximos días nos
vamos a dar cuenta también de que esto es muy habitual en Sofía. Supongo que
será por el frio en invierno pero en casi todas las paradas de metro existen
locales de restauración. También es frecuente que conecten ambas aceras de una
gran avenida por lo que dichos pasos son muy utilizados también por los
transeúntes para cruzar la calle. En el Super compramos un poco de todo así ya
tenemos también para desayunar y para comer el día de mañana. Y por supuesto,
no puede faltar una cerveza búlgara que deleitamos (a Rocío no le gusta así que
ella tomó una Fanta de naranja) sentados en un banco en el parque situado
enfrente de la universidad. Un pequeño y merecido descanso en el largo día de
hoy. La compra nos ha costado unos 10 euros y el pan y el agua del comienzo de
la tarde 1’5 euros. Como esperaba, se nota que Bulgaria es algo más barata que
España. Ya son sobre las 18:30 hora local.
Treinta minutos después, emprendemos
de nuevo la marcha. Nos dirigimos a la zona céntrica visitando el exterior (los
monumentos cierran a las 18 horas) de lugares emblemáticos de la ciudad. La
inmensa Catedral Ortodoxa de San Alexandre nos dejó boquiabiertos. Era enorme y
preciosa, con los techos recubiertos de oro. Pasamos por la Iglesia de Santa
Sofía, la Iglesia Rusa, el Teatro Nacional Ivan Vazov y la Catedral
Sveta-Nedelya. En la plaza situada en frente del Teatro Nacional existía una
congregación de personas que, todas unidas y cogidas de los brazos, creando un
circulo, bailaban el baile típico búlgaro. Fue curioso de ver. Cada vez se unía
más gente y la música resultada agradable de escuchar. En este lugar se nos
echó la noche encima.
Llegamos al hotel sobre las 20 horas,
bastante cansados del día intenso que habíamos vivido. Después de 13 kilómetros
de caminata tocaba darse una ducha, cenar y descansar para el día siguiente.
11-09-2023
Nos levantamos a las 08:00 horas. No
he dormido muy bien. La cama es incómoda. Desayunamos y marchamos del hotel a
las 09:00 horas.
La verdad es que en el hotel es
económico y teniendo en cuenta que vuelo mas alojamiento nos ha salido
alrededor de 250 euros/persona tampoco nos podemos quejar mucho pero lo cierto
es que la habitación es demasiado pequeña y el colchón deja mucho que desear.
Una vez en la calle lo primero que
hacemos es ir a la parada de metro más cercana donde compramos un café de
máquina en una especie de pequeño comercio multiservicios. Nos cuesta 1’5 levas
a cada uno. A continuación nos dirigimos a ver la Catedral Católica de San José
pero está cerrada así que la contemplamos por fuera. En el patio de la misma
existen unas ruinas romanas. Al parecer es una de las puertas de entrada a la
antigua ciudad de Serdica. Curioso…
A continuación visitamos la Sinagoga
de la ciudad. La entrada cuesta 5 levas pero merece totalmente la pena. Es
preciosa. Eso sí, las medidas de seguridad para entrar son elevadas. En la
puerta de acceso hay un guarda que te registra todos los recovecos de la
mochila. Pero bueno… como no tenemos nada que esconder no nos importa. Antes de
entrar estuvimos hablando con el hombre que nos atendió en un primer momento
para darnos las entradas. En un inglés precario nos dijo que antes de nosotros
había entrado un grupo de españoles los cuales cuando le preguntó el país de
origen respondieron que eran de Barcelona. Él, le respondió sorprendido si
Barcelona era España y ellos le volvieron a repetir que no, que eran de
Barcelona. En fin… tontos ya sabemos que hay en todos los confines del mundo le
respondí. Aquí en la entrada mientras esperábamos, coincidimos también con un
español de Alcobendas, Madrid. Se llamaba Policarpio pero respondía al nombre
de Poli. Era agradable y le sorprendió que fuera de Melilla. Había estado en mi
ciudad unos meses antes.
La siguiente parada la realizamos en
la Mezquita Banya Bashi. También posee mucho encanto. Dicen que es como la
Mezquita de Estambul pero en pequeña. Tanto Rocío como yo hemos podido entrar a
la vez, eso sí, descalzados y ella con un velo en la cabeza. Cuando nos
disponemos a salir el guardián de la mezquita nos pide dinero. Le doy un leva y
me mira raro como pidiéndome más con la mirada. Más tarde descubro que en
realidad es gratis visitarla y que no tendría porque haber dado nada pero
bueno… tampoco vamos a quejarnos por cincuenta céntimos de euro.
A las 11:00 horas teníamos contratado
un Free Tour en español. El punto de encuentro era el Palacio de Justicia.
Apenas acabamos de visitar la Mezquita fuimos directo al punto acordado donde
llegamos con apenas 5 minutos de antelación. Allí nos esperaban un grupo de
personas de habla hispana, todos mayores que nosotros, y el guía. El Guía era búlgaro
y se llamaba Boya. Habíamos contratado la excursión con la empresa Civitatis
pero al parecer esta derivaba los tours a una empresa local llamada Sofía
FreeTours. Boya resultó ser un buen guía. Correcto, educado y serio nos aportó
datos muy curiosos sobre la ciudad búlgara. Recorrimos el centro y los
monumentos más emblemáticos con él. Algunos ya lo habíamos visitado antes pero
acompañado con información extra resultaban aún más interesantes. De vez en
cuando, Boya, nos hacía alguna pregunta y a quien la respondía correctamente le
daba un caramelo de menta típico. Entre las muchas curiosidades que aprendimos sobre
el país y la ciudad destaco que el león es el símbolo de Bulgaria por la
representación de la fuerza, que el nombre de la ciudad viene dado por la
Iglesia de Santa Sofía situada en lo alto de una colina en las afueras de la
ciudad de aquel entonces, que los colores de la bandera del país son blanco por
la paz, verde por la tierra y rojo por la sangre derramada, y que los
búlgaros, o al menos Boya, son muy competitivos con todos sus países vecinos.
Por lo menos en cuanto al Yogurt frente a los griegos, al pico más alto de los
Balcanes (Musala 2995m) frente al Monte Olimpo de Grecia (8 metros más bajo), y
la grandiosidad de su Catedral Ortodoxa San Alexander Nevski frente a la de
Serbia que es notablemente más grande. Frente a esta catedral finalizamos el Free
Tour dos horas y media después del comienzo. Le damos a Boya 5 euros y tras
algunas preguntas sobre la Cascada de Boyana situada en Vitosha, una montaña en
las afueras de Sofía, marchamos para la misma no sin antes visitar por dentro
la espectacular Catedral Ortodoxa y la Iglesia de Santa Sofía. Al salir, en las
inmediaciones, encontramos en el suelo un billete de 20 levas, ¡vaya alegría!
Para llegar a Vistosha, en primer
lugar tomamos el metro en la cercana estación de la universidad y luego el
autobús número 64 que nos dejó tras unos 30 minutos de viaje en las
inmediaciones de la famosa Iglesia Boyana, patrimonio de la humanidad por la
UNESCO. En ella se conservan varios frescos del S. XIII. Desde aquí comenzaba
la dura pero preciosa ruta de senderismo a la cascada. Son 8 kilómetros y cerca
de 750 metros de desnivel por un entorno boscoso único que hicimos no sin
sufrimiento. Suerte que fuimos precavidos y antes de iniciar la subida, comimos
algo que habíamos comprado en un super cercano. Lo hicimos en un banquito
sentados frente al denso bosque de la montaña Vitosha que estábamos a punto de
penetrar.
Al finalizar la ruta, tres horas
después, ya cansados, decidimos que ya iba siendo hora de ir al hotel a
descansar para el día siguiente que tocaría madrugón del bueno. Así, tomamos el
camino inverso para llegar. Tomamos nuevamente el bus número 64 pero esta vez nos
cobra 1 leva por persona. En la ida el chofer me cobró 0,85 pero lo compruebo
por internet y 1 leva es el precio oficial. No sé qué pasó… supongo que el
primer chofer me vería cara de pobre. No importa, mejor para nosotros. Después del
bus, tomamos el metro en la parada Unión Europea de la línea azul y nos
apenamos en Konstantin Velichkov sita en la línea amarilla (hicimos transbordo
en la parada de Serdica), muy cerca de nuestro hotel.
La iglesia Boyana no la visitamos y
es que había leído por internet que a no ser que tuvieras aflicción por las
pinturas no merecía mucho la pena. Y como tampoco queríamos perder tiempo para
hacer la ruta pues íbamos justos…
A las 19:30 horas llegamos al hotel,
ya anocheciendo. Habíamos andando 16’5 kilómetros en el día de hoy.
12-09-2023
A las 05:30 horas suena el
despertador. ¡Que sueño!, he dormido fatal…
Sin perder mucho tiempo, nos aseamos,
desayunamos algo rápido, cogemos las mochilas y nos vamos andando hasta la
Plaza Kymaz Alexander I, frente al antiguo Palacio Real. Aquí habíamos quedado
con una empresa local tras reservar con Get your Guide una excursión a los
Siete Lagos de Rila y al Monasterio de mismo nombre. Era una excursión en
inglés pero algo atípica pues el guía solo apareció al comienzo para darnos la
bienvenida y no vino con nosotros en el bus. El servicio solo incluía el
traslado. La visita la teníamos que hacer por nuestra cuenta. Aún así la
información que nos dio el fugaz guía fue buena. También creó un grupo de
WhatsApp y estuvo en todo momento conectado con nosotros.
Salimos puntuales. En el bus íbamos
unas 12 personas con un chófer que no entendía ni papa de inglés. Creo que
después de él, los que menos sabíamos de inglés éramos nosotros. En las afueras
de Sofía me llama la atención enormes bloques de viviendas. Son grises, están
muy viejos y parecen hormigueros. Sin duda, un reflejo de la época comunista.
Al poco tiempo, ya en la autovía, el
bus comienza a bajar de velocidad hasta que se para en el arcén. Observamos que
ha pasado algo. Alguna avería en el motor pues el Chofer se baja, levanta el
capó y comienza a salir humo. Algo se ha quemado. Hace una llamada por teléfono
en búlgaro y todos nos bajamos del vehículo. Estando en el arcén observo que los
vehículos pasan a mucha velocidad cerca de nosotros y que no estamos en el
mejor sitio. Le digo a Rocío de cobijarnos detrás del quitamiedos, en un talud
de tierra fuera de la calzada y para sorpresa mía, los demás me imitan. Una
hora después aparece otra furgoneta, algo más pequeña. Nos cambiamos y
proseguimos la marcha. El Chofer sigue siendo el mismo.
Llegamos al Parking de los Lagos de
Rila sobre las 10:00 horas. Habíamos circulado por dos horas durante 150
kilómetros desde Sofía. Tenemos hasta las 15:00 horas para volver de nuevo aquí
así que sin perder tiempo, bajamos del minibús y comenzamos a andar. A los
pocos metros llegamos a unos puestos de venta de souvenirs y a una
garita-mostrador donde compramos los tickets para el teleférico. Estamos a 1585
metros sobre el nivel del mar y gracias a este artilugio subimos hasta los 2100
en dos kilómetros de recorrido y en apenas 20 minutos. Una vez ya a 2100 metros
comienza la verdadera ruta. Hay varias alternativas pero nosotros realizamos
una circular de unos 8 kilómetros y alrededor de 500 metros de desnivel. El
paisaje es muy bonito y los lagos se van sucediendo uno tras otros a medida de
vamos ascendiendo. El objetivo es llegar al Pico Ezeren Vrah a 2559 metros
desde donde se divisan los siete lagos a nuestros pies. Lo hacemos rápido y
bien aunque a esta altitud se nota algo la menor presencia de oxigeno en el
aire que respiramos. Por ello jadeamos y nos cuesta más de lo habitual. Sin
embargo, estamos acostumbrados a andar en montaña y vamos continuamente
adelantando a gente. Curiosamente, cada uno de los lagos tiene su nombre: La
Lágrima, El Ojo, El Riñón, El Gemelo, El Trébol, El Pez y El Fondo (en
castellano). En apenas 3 horas y media completamos la ruta entera. Ha sido un
acierto ir por el lado más transitado y volver por la circular ya que el camino
elegido a la vuelta es menos transitado por lo que podemos estar más en
contacto con la naturaleza. El entorno es precioso y merece muchísimo la pena
hacer esta ruta pero hay dos puntos importantes a destacar. Hay que estar algo
en forma y hay que ser consciente de que es muy turístico y casi siempre hay
afluencia de gente. Aún así las vistas merecen mucho la pena y el sendero es
muy agradecido. En la cima del mirador me encontré una cruz ortodoxa que
guardaré con mucho cariño. Durante el camino de vuelta paramos en el último
lago, cerca de donde se hallaba un alberge refugio y allí, con unas
maravillosas vistas, calmamos un poco nuestro apetito.
A las 14:00 horas volvemos a tomar el
Teleférico para bajar al parking donde nos espera el bus. Tenemos tiempo de
sobra así que nos lo tomamos con tiempo. El trayecto en teleférico es disfrutón
y las vistas son chulísimas pero hace algo de frio y da repelús ver el único
enganche sobre el que descansa el telesilla. Abajo, alrededor de 10-20 metros
de caída libre. No apto para los que sufran de vértigo.
Una vez en tierra firme nos vamos
deteniendo en los diferentes puestos de souvenirs que no pudimos ver a la
subida. De repente, escucho una voz en español detrás de nosotros que nos
pregunta de que parte de España somos. Me giro y es un motorista el cual
viajaba en una BMW GS 1200 preciosa. Lo hacia desde Madrid. Había salido desde
la capital española hacia una semana. Va acompañado por una mujer pero creo que
ella no habla español porque no pronuncia palabra alguna. Me suscitan una
envidia y a la vez una admiración terrible. Él es búlgaro pero lleva viviendo
20 años en España y domina perfectamente el castellano. Es un momento curioso e
inesperado y una conversación grata e interesante.
A las 15:10 horas salimos en el bus.
Nos hemos demorado 10 minutos porque uno de los que viajaba con nosotros se ha
retrasado y no llegó a la hora. Sólo son 10 minutos, no pasa nada.
Llegamos al Monasterio de Rila a las
16:45 horas y tenemos para visitarlo apenas una hora. El lugar donde está
enclavado es maravilloso. Al igual que en los Siete lagos, estamos en el Parque
Nacional de Rila. Altas montañas nos rodean y un halo de paz y tranquilidad inunda
todo el lugar. El Monasterio en si es increíblemente bello. Una obra de arte.
Es también Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Rocío y yo paseamos por su
claustro mientras contemplamos embobados todo lo que tenemos alrededor. El
monasterio tiene dos accesos. En el centro del patio se encuentra la Iglesia y
la Torre del Reloj. También existe esparcidas por los rincones varias fuentes
donde beber un agua fresca y riquísima. Tras la puerta trasera existen varias
tiendas de souvenirs y algunos locales de restauración. Cerca se oye el
susurrar de las aguas de un pequeño riachuelo. Frente a sus aguas picamos algo
de lo que llevábamos en la mochila, había que recuperar fuerzas. De repente,
oigo una voz familiar enaltecida que grita ‘¡mis amigos de Melilla!’, me giro y
veo al madrileño de Alcobendas que conocimos en la Sinagoga de Sofía, Poli. Nos
saludamos y andamos un rato juntos viendo el monasterio. En un momento
determinado, cuando Rocío y yo paramos en una de las tiendas para comprar unos
recuerdos, Poli desapareció. Luego volvimos a encontrarlo en el claustro del
monasterio, ¡Qué pequeño es el mundo! Poli viene desde Lituania, se hospeda en
el propio Monasterio (si, puedes hacerlo) y se va mañana para Salónica, en
Grecia. Desde allí volverá a España.
El Monasterio en si no es muy grande
y una hora te da para recorrerlo. La entrada es gratuita pero si quieres ver el
museo o hospedarte en él como hizo Poli tendrás que pagar.
A las 18 horas salimos puntuales en
el bus rumbo de nuevo a Sofía. La verdad es que el día ha sido largo y estámos
cansados. Eso sí, cansados pero satisfechos.
Llegamos a Sofía a las 19:35 horas.
Habían sido 12 horas intensas. De camino al hotel nos encontramos con una mujer
que hizo el Free Tour de ayer con nosotros. Congeniamos con ella porque era la única
andaluza. No nos dijo su nombre pero sí que era de Granada. Muy agradable era
la señora. Estaba en Bulgaria por un mes junto a su hijo que había comenzado a
trabajar recientemente en la capital búlgara. Antes había estado en Copenhague
y decía que Bulgaria era un mundo aparte comparado con Dinamarca. Le encantaba
viajar.
En la estación de metro de Serdica
había muchos souvenirs pero eran bastante caros en comparación con los que
había visto en Rila. Me resultó curioso como podían ser mas caros en pleno
centro de una ciudad que en lo profundo de las montañas. Me puse de mal humor y
debió de notarlo también la dependiente de una tienda donde compramos algo para
picar de camino al hotel. Nos atendió de muy mala gana. En la estación de
Opalchenska compramos dos porciones de pizzas por 3 levas cada una. Tenían muy
buena pinta y no nos pareció caro. Ya era hora de comer algo caliente.
Una vez en el hotel quisimos cenar en
la pequeña terraza que existía en la planta baja pero estaba llena así que nos
fuimos directos a la habitación y allí, en esa pequeña lata de sardina, cenamos
juntos y revueltos. Ya solo tocaba ducharse, preparar la maleta para el día
siguiente y descansar. Habían sido 12 kilómetros los recorridos por nuestras
piernas hoy.
13-09-2023
A las 08:00 horas sonaba el
despertador. Desayunamos en la terraza del hotel, la que ayer estaba llena. Hoy
no había nadie, al menos cuando entramos nosotros. Al poco tiempo vino una
pareja con su hijo recién nacido. Enseguida abandonamos el hotel para no volver.
Ya con las mochilas a cuestas
comenzamos a andar en dirección centro. Sacamos 40 levas en un banco. No
teníamos efectivo y queríamos comprar algunos regalos. Para mi sorpresa este
banco no me cobra comisión. Si llego a saberlo el primer día…
Nos dirigimos al Mercado de las
Mujeres, un curioso lugar para comprar productos típicos algo alejado del
bullicio turista. Algo más auténtico. Aunque eso sí, si eres turista disimúlalo
y si no puedes al menos pregunta el precio primero. Nos gastamos 13 levas en
algunos souvenirs y damos una vuelta por la zona de frutas y verduras. Es
increíble como están de bien colocadas sobre las mesas. Parece un Tetris.
Dejamos el Mercado y nos disponemos a
hacer varias cosas pendientes. La primera ver por dentro la Iglesia Sveta Petka
donde existe una cripta romana pero no podemos llevarlo a cabo porque se
encuentra cerrada. Es raro porque es buena hora pero no se porque motivo no
está abierta al público. Desistimos pues no tenemos mas remedio y vamos a por
la segunda, comprar algunos souvenirs en las tiendas de la estación de Serdica.
Yo ya tengo todo comprado pero Rocío aprovecha aquí para llevarse alguna
pulsera. A continuación visitamos la Iglesia de San Jorge, ubicada dentro del
patio del Palacio de la Asamblea y la Catedral Sveta-Nedelya. Ambas son bonitas
y dignas de ver aunque eso sí, en su interior no dejan hacer fotos. Dentro de
la Iglesia de San Jorge estaban dando una misa ortodoxa. Fue curioso ver como
se celebraba misa en aquella pequeña iglesia, la mas antigua de la ciudad y como
había tan poca gente en la misma. Apenas 4 ó 5 personas. Una mujer cantaba sin
acompañamiento musical y lo hacía muy bien, y el sacerdote se movía de aquí
para allá entre el altar y la imagen plana de Jesucristo situada detrás del
mismo. No estuvimos mucho tiempo para no molestar, pero tampoco nos dijeron
nada ni pusieron mala cara. Ellos siguieron con la liturgia ajenos a los
turistas que nos asomábamos. Fue grato.
Continuamos nuestro paseo
dirigiéndonos al sur por el Bulevar Vitosha. Esta gran avenida discurre
peatonal, llena de gente y rodeada de locales de restauración antes de
desembocar en el gran parque donde se encuentra el Palacio Nacional de la
Cultura. Nos llamó la atención uno de los locales de restauración. Estaba
decorado y ambientado en el cuento infantil Hansel y Gretel.
Las necesidades fisiológicas aprietan
y en Sofía no es que los baños públicos abunden así que vamos de nuevo al
parque del primer día situado al final del Bulevar Vitosha donde tras unos
arbustos orinamos a escondidas. Lo siento pero no podíamos aguantar.
El vuelo de vuelta a España es a las
18:55 horas por lo que aun disponemos de tiempo. Pensamos en comer en un parque
así que en la estación de metro Unión Europea situada cerca de donde estamos,
compramos dos pizzas y una mini calzone, y en un Supermercado Billa algo de
beber. Super baratas las pizzas. Tres euros todo. Nos sentamos en un banco del
parque Vitosha y devoramos lo adquirido. Luego, nos tumbamos en el banco y
descansamos un rato. Rocío incluso llega a dormir.
Aún quedaba una hora para coger el
metro de vuelta al aeropuerto. Teníamos que estar en el mismo sobre las 17:30
por lo que según nuestras cuentas, teníamos que tomar el metro sobre las 16
horas. Así que comenzamos a andar en dirección a la Iglesia Rusa. Esta no la
habíamos visitado por dentro y queríamos hacerlo.
Era bonita, no solo el interior sino
las inmediaciones donde se encontraba, en un pequeño y frondoso parque. Cerca
de aquí había leído que se encontraba el Anfiteatro de Serdica pero estaba en
el interior de un hotel, lo habían integrado en el bar del mismo. ¿Raro verdad?
Pues sí, y más raro era verlo a través de una cristalera ya que el hotel estaba
cerrado.
A las 15 horas ya teníamos todo hecho
así que adelantamos nuestra marcha al aeropuerto. Tomamos la línea amarilla de
metro y en apenas 20-30 minutos estamos en la Terminal 2. Aquí cogemos el
Shuttle Bus gratuito que nos lleva a la T1. Pero antes tengo un agradable
contacto con un policía de frontera búlgaro. Yo tengo muchas manías y una de ellas
es hacerme fotografías con Policías de otros países así que no dejo pasar la
oportunidad de preguntarle a este agente si le importa tomarse una instantánea
conmigo. Accede sin problemas e incluso intercambiamos nuestros Facebook. Le
regalo una simbólica pulsera de mi unidad de destino y se pone muy contento.
Una vez dentro del aeropuerto volvemos
a la realidad económica de un soplido. Los precios han subido una barbaridad.
Una simple botella de agua vale 3 euros y un café cortado 2,40. Con esta base
ya te puedes imaginar el resto…
El resto del viaje transcurre sin más
novedad que nuestra acompañante de fila, una gitana búlgara que lleva viviendo
10 años en España con su marido y que viajaba a Sofía porque tenía Diabetes y dice
que en España la Seguridad Social va muy lenta y que ella no puede esperar. La
mujer es simpática y habla un español básico pero entendible. La señora lo pasó
mal porque las horas en el avión se le hicieron eternas.
Ya en Valencia, tocaba volver a la
realidad y a la rutina y preparar el próximo viaje.
¡Hasta la próxima!
Algunas fotillos…
Gastos
aproximados convertidos a Euros:
Comida… 20 Euros/persona
Vuelo+Hotel… 265 Euros/persona
Excursión… 50 Euros/persona
Transporte público y Teleférico… 20 Euros/persona
Otros… 5 Euros/persona
Total…370 Euros/persona
Enlace
a Videos Youtube:
Siete Lagos de Rila… https://www.youtube.com/watch?v=kvzdlp05SqA&t=490s
Cascada Boyana… https://www.youtube.com/watch?v=cnlIvf4wPnM
Sofía y Monasterio de Rila… https://www.youtube.com/watch?v=9olmT0gTda8&t=1s
Enlaces
a Rutas Wikiloc:
Siete Lagos de Rila… https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-circular-a-los-7-lagos-de-rila-146999263
Cascada Boyana… https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ruta-circular-a-la-cascada-de-boyana-146999266
Kilómetros aprox recorridos a pie… 54kms.
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