Viaje al Desierto de Erg Chebbi (Merzouga) en Marruecos

 

Viaje al Desierto de Erg Chebbi (Merzouga) en Marruecos

Del 07 al 11 de febrero de 2024


07-02-2024 Melilla- Merzouga, 650 kilómetros.

Despertamos al sonido de las Gaviotas. Estamos en mi ciudad, Melilla. Es temprano pero hay que madrugar para no pillar mucha cola en la frontera. Ayer llenamos el deposito de combustible del coche y también compramos una tarjeta telefónica marroquí para poder tener internet durante el viaje. La Tarjeta nos costó 50 dirham (en adelante DH) más 50 DH más de recarga. Gracias a ella podríamos hablar con los familiares y usar el Google maps para navegar además de realizar consultas sobre temas diversos en la web. Con ella sería mucho más productivo el viaje. Como dato importante, 10 DH son aproximadamente 1 euro. Durante el relato os vendrá bien saber esto para haceros a la idea de los precios que pagamos.

Como decía, son las 06:10 horas. Desayunamos y tras ultimar los últimos detalles vamos a la frontera de Melilla (España) con Beni-Enzar (Marruecos), una de las fronteras más desiguales del mundo. Llegamos a las 07:10 horas y ya hay cola. ¡Que pereza! Pensábamos que no habría pero al parecer el barco que llega desde Almería se ha adelantado. Por dicho motivo hay tanta gente que quiere cruzar a Marruecos a estas horas. Que aburrimiento nos espera…

Tras dos horas de espera por fin cruzamos. El Trámite en si es rápido. Te miran el pasaporte o DNI en el lado español y en el marroquí te lo sellan y te registran minuciosamente el vehículo. También exporto temporalmente el vehículo y me dan una pequeña tarjeta con un código QR. Luego a la vuelta tendré que cerrar la exportación. Como se está modernizando Marruecos…

A las 09:20 horas comenzamos a circular. Nos queda un largo camino por delante… Enseguida nos damos cuenta de que las carreteras dejan un poco que desear y de que, además, hay que ir con mil ojos pues hay muchos ‘’check points‘’ policiales durante toda la ruta. A parte de los simples controles, también hay muchísimos radares por lo que tenía que ir despacio si quería evitar multas por exceso de velocidad.

Hacemos un alto en el camino en una construcción que me llama la atención. Resulta ser, a mi entender, una pequeña y vieja escuela abandonada. Tomo algunas instantáneas y realizo un video que podéis ver en el siguiente enlace de Youtube https://www.youtube.com/watch?v=EjR5bGyNScc

A la altura de Guercif, en la N-2, justo después de cruzar un puente que pasa por debajo de la Autovía que cruza Marruecos de este a oeste, nos para la Gendarmería. Me pide los documentos del vehículo y enseguida se da cuenta y así me lo hace saber de que tengo la ‘’carta verde’’(seguro internacional del vehículo) caducado por un día. Me pongo nervioso. No entiendo como se me ha podido pasar tal detalle. Con lo meticuloso que soy… Le digo que espere que puedo mirarlo por el móvil. El Policía se marcha a su vehículo. Al rato vuelve y me enseña en su móvil un texto traducido al español donde me dice que si no presento el certificado internacional del seguro, mi coche será embargado y yo seré llevado ante un tribunal. ¿Será verdad o solo quiere rascar algo de dinero?. Por un día… ¡pero si tener el seguro lo tengo!

Después de 30 minutos de nerviosa lucha con internet por fin consigo acceder al mensaje que me han enviado mi compañía de seguros al número de teléfono español. Menos mal que mi móvil tiene la posibilidad de portar doble SIM. Lo que me cobrara Vodafone por conectarme con mi SIM española en Marruecos ya lo veré cuando me llegue la factura… Gracias a ese código accedo a mi área personal y puedo descargarme la carta verde. Respiro de alivio. Se la enseño y me deja continuar mi viaje.

Mientras circulamos nos damos cuenta de lo bonito del paisaje. Siluetas de altas montañas vírgenes se divisan al fondo. Que bonito es todo. Disfrutamos.

Sobre las 14 horas hacemos un alto en el camino para comer unos bocadillos que nos trajimos desde Melilla. Lo hacemos a los pies de un pequeño y casi seco riachuelo apartados de la carretera principal para evitar curiosos no deseados. Sin embargo, no queremos perder mucho tiempo porque el GPS nos dice que todavía quedan 6 horas y pico para llegar, así que en 30 minutos estamos de nuevo en ruta.

Tras cruzar una carretera (N-15) a la cual apodan la interminable, llegamos a Errachidia. A partir de aquí el paisaje se vuelve más espectacular aún si cabe. Nos adentramos en un cañón y cruzamos un palmeral inmenso . Una vez en el pueblo nos damos cuenta de que hay muchísima gente por doquier y de que el medio de transporte más utilizado en la bicicleta. Nos paran en un enésimo control policial y el policía que nos atiende, muy simpático por cierto, me dice que nos hemos saltado un radar, que íbamos circulando a 70 km/h cuando la velocidad limite era 60km/h. Dudo mucho que así fuera porque iba detrás de un vehículo y siempre iba a la velocidad de la vía, pero no iba a ponerme a discutir. En lugar de ello mantuve una actitud positiva y una grata conversación con el policía que al final terminó perdonándome la supuesta multa. Recuerdo su tono de voz y las innumerables veces que dijo ‘’Bienvenidos’’. Que cosas…

Ya se nos ha echado encima la tarde y las vistas con la luz dorada son idílicas. Pueblos de adobe, palmeras, camellos y burros a pie de carretera, gente que te saludan…

Paramos en un pequeño mirador y apenas podemos estar unos minutos porque enseguida llegan dos vendedores ambulantes en una moto y comienzan a ser muy pesados insistiendo continuamente en que compráramos algo. Nos marchamos agobiados.

Noto que mi coche hace un ruido extraño. Son los amortiguadores. Están maltrechos y el estado de la carretera y los gigantescos badenes no ayudan. También observamos que hay muchas zonas de carretera en obras, Marruecos crece. Seguro que en unos años el camino estará mejor y será más cómodo. Aún así no entiendo porque suenan mis amortiguadores, hace apenas unos meses que los cambié en Valencia. Me resigno.

Enseguida se nos echa la noche encima y ahora conducir ya carece de sentido. No vemos nada de lo que nos rodea y tenemos ganas de llegar al hotel para descansar pues son muchas horas de viaje las que llevamos. Seguimos circulando en mi coche por la N-13. Mientras tanto pienso en ponerle nombre a mi vehículo. Se me viene a la mente ‘’Pimiento rojo’’ pero ese ya está pillado por el de un amigo. Tiene que ser alguno gracioso y que se ajuste al vehículo que dispongo, un Hyundai Accent viejo de color burdeos. ¡Lo tengo! Se llamará Pimentón. Será, a partir de ahora, mi Pimentón.

Sobre las 20 horas llegamos a Erfoud, un pueblo situado a apenas una hora de nuestro hotel en Merzouga. Entramos a una pizzería llamada ‘’Pizzeria des dunes’’ donde había quedado con Mohamed para dejarle un tubo de luces LED que había traído desde Melilla. Mohamed es un amigo de JIU, un amigo mío (para los que hayáis leído el Libro Dejando Huella lo conoceréis). Este, aprovechando que yo bajaba para el desierto, me pidió el favor de que se lo bajara. Así lo hice y aprovechando que teníamos hambre, cenamos en aquel mismo lugar. Fue un acierto. Era un lugar acogedor y económico. Rocío cenó una pizza de atún y yo un Tajín de pollo ardiendo. Estaba tan ardiendo y yo tenía tantas ganas que me quedé el cielo de la boca hasta el punto de que se me enrojeció y sentí molestias durante varios días después. Eso sí, que bien nos sentó la cena. Teníamos hambre y estábamos bastante cansados.

Finalmente llegamos a nuestro alojamiento, el Hotel Chez Youssef a las 21.30 horas. Previamente había contactado con el mismo para comunicarles la hora de llegada. No hubo ningún problema. En recepción había un amable trabajador que nos acompañó a la habitación. La misma era bastante acogedora. A mi por lo menos me lo parecía. Muy típica del lugar, donde un techo de madera muy autentico. Pero a Rocío no le gustó mucho porque la veía muy polvorienta.

Nos duchamos y relajamos en la intimidad de nuestra habitación. Al rato, suena la puerta. Al parecer me dejé la luz interior del coche encendida y el recepcionista se dio cuenta. Agradecido bajo a apagarla. Sería una grandísima putada amanecer sin batería en Pimentón.

Hacía frio fuera así que una vez de nuevo en la habitación, bajo la manta y metido en la cama, ordené las fotillos que habíamos hecho durante el viaje y pronto sucumbimos (Rocío siempre sucumbe primera) al Reino de Morfeo. Habíamos conducido (hablo en plural por ser benévolo) por más de 10 horas y estábamos reventados.

 

08-02-2024 Merzouga- Rissani- Merzouga- Erg Chebbi, 130 kilómetros.

Hoy no tenemos prisa pero aún así nos levantamos pronto, sin necesidad de que suene el despertador. Ayer nos dormimos sobre las 23 horas y ahora son las 07:50 horas. Tranquilamente nos vestimos y salgo a la azotea del hotel para ver las vistas. Son espectaculares. Luce un sol radiante y por fin puedo divisar las grandes dunas del Erg Chebbi. Llamo a Rocío que sube a verlas.

Intento sacar algunas instantáneas con mi cámara Nikon D65 pero no funciona correctamente. Me da un tipo de error raro. Tendré que llevarla a reparar. Me conformo con mi móvil y con la cámara de acción Akaso Brave 7 que suelo usar para grabar videos en actividades de aventuras que luego edito y subo a mi canal de Youtube. Me gusta compartir mis aventuras. Si no lo conoces, te invito a que le eches un vistazo. Este es el enlace https://www.youtube.com/@nogard_explorer/videos. En breve subiré videos de esta misma aventura.

Bajamos a la calle y damos una mini vuelta por las inmediaciones del hotel. Pisamos por primera vez la arena y por fin podemos decir que estamos pisando el desierto. Que bello es todo esto. Camellos por doquier, y dunas que invitaban a adentrarse en lo recóndito. Pero aún no era el momento, habría que esperar un poco.

Dejamos el hotel y marchamos con Pimentón a la plaza principal del pueblo de Merzouga. Aquí existen varios locales de restauración pero nos decantamos por uno situado en un extremo. Creo que acertamos. Disfrutamos de un desayuno marroquí el cual se componía de té, café, aceitunas, pan, queso, mermelada y miel. Nos costó 40 DH cada uno. No es barato pero en Marruecos a veces abusan de los turistas y les cobran un precio que no es el que paga el autóctono. Es muy típico en general en los países árabes. No obstante, es un precio razonable en occidente. Además el sitio molaba. Era una terraza orientada al sur por lo que el sol no tardó mucho en iluminar y calentar nuestros cuerpos. Se agradecía. La temperatura comenzaba a subir. La noche había sido fría.

Una vez desayunados y habiendo ya esquivado a varios individuos que intentaba vendernos alguna excursión, fuimos a una formación rocosa natural llamada Gare du Medour. En español se conoce como la Cárcel Portuguesa. Es un remoto lugar entre Erfoud y Risanni. Aquí se han grabado algunas escenas de famosas películas como por ejemplo La Momia.

Para llegar aquí había que tomar una pista desde la carretera principal (N-12). Era una pista bien apisonada pero en algunas zonas el firme estaba un poco deteriorado. En uno de esos tramos nos pegamos un buen susto ya que el bajo de Pimentón chocó con un saliente de piedra. El que se quedó petrificado entonces fui yo esperando a ver un reguero de aceite en el suelo tras de mí. Pero por suerte no fue así. El golpe no fue en el cárter agraciadamente. Si no, otro gallo hubiera cantado. Y no bien precisamente… Suspiré.

Dejamos el coche estacionado a la entrada de la formación, entramos y subimos a pie a la zona más alta. Enseguida, ¿Cómo no?, de la nada apareció un chaval joven para ofrecernos colgantes, pulseras, fósiles y minerales. Como no teníamos prisa y quería sacarle jugo a este viaje, comencé a hablar con él. Al principio Rocío se interesó en una pulsera. Nos pedían 25 DH. Yo le pregunté por meteoritos y enseguida llamó a otro chaval el cual estaba por las inmediaciones. Al parecer este era el que tenía meteoritos para vender. Me enseña varias muestras hasta que al final me decido por uno pequeñito pero con buena pinta. Al 100% no puedo saber si es un meteorito pero tiene pinta. La corteza de fusión y su alto componente metálico así me lo indica. Además el tipo me enseña mogollones de fotos en el móvil de supuestos meteoritos que tiene para vender. Parece que sabe de lo que habla… Finalmente por 220 DH compramos el meteorito y la pulsera de Rocío. Creo que recordar que se llamaban Hassan y Abdul pero no estoy seguro. Me tomé una foto con ellos y cuando se la enseñé a mi amigo JIU (él es un experto en recorrer Marruecos) reconoció a uno de ellos pues dice que siempre suele estar allí pero se llamaba Ahmed y no Abdul como me dijo a mí. ¿Me mintió o fue un mal entendido? No lo sé… pero sinceramente, tampoco es algo que me quite el sueño.

A continuación y tras las fotografías de rigor en la espectacular cima de la formación, volvimos con Pimentón y fuimos a visitar Rissani. Este pueblo es junto a Merzouga y Erfoud el más importante de la zona. En él existe un mercado típico y una construcción histórica llamada Ksar Abouam con calles estrechas parecida a una Medina. Visitamos los dos. En el primero podías encontrar de todo, desde carne al fresco a cualquier otra comida, chisme o artilugio. Por supuesto no faltaron vendedores que por doquier iban asaltándonos para vendernos lo que fuera. Era un poco incómodo pero nos íbamos acostumbrado. Había que ser amables pero firmes en el rechazo de lo que te ofrecían. Esta es su forma de vida y yo no pretendo ofenderles.

Antes de abandonar Rissani paramos en una tienda situada en las afueras y allí compramos algo para comer. Cuando salimos de la tienda aparecieron niños debajo de las piedras pidiéndonos dinero. Marchamos a prisa del lugar. ¡Qué agobio! Aquí me siento como un billete andante y es incómodo. Los que me rodean solo ven en mi persona una fuente de ingresos.

Ya llegando a Merzouga decidimos repostar a Pimentón. Eran más los 700 kilómetros recorridos y quería dejar el deposito lleno para lo que restaba de viaje y para la vuelta a Melilla. Como curiosidad el Diesel estaba un pelín por encima del precio del mismo en Melilla. A 13 DH el litro.

Tras repostar paramos a comer (hicimos un picnic con lo que habíamos comprado en la tienda de Rissani) frente al Hotel Tombouctu, perteneciente a la marca Xaluca, uno de los más lujosos de la zona. Comenzó a levantarse viento y a nublarse el cielo. Poco tiempo después habíamos quedado, un poco más al sur, en el Hotel Rosa des dunes con Mustapha, que regentaba el campamento donde pasaríamos las dos siguientes noches. Habíamos quedado con él a las 17 horas.

Llegada la hora y llegado al punto de reunión nos recibió Hamouadi, el hermano de Mustapha. Al poco rato apareció él. Muy amablemente nos dijeron que dejáramos las maletas grandes en su coche y que solo lleváramos lo imprescindible. Ellos llevarían el equipaje en coche hasta el campamento y nosotros cruzaríamos el desierto en camello para llegar a él. Fue una experiencia única. Durante una hora y media cruzamos el desierto en dos camellos junto con nuestro guía llamado Hassan. Vimos la puesta de sol y saboreamos la mágia del desierto. ¡Qué bello lugar! Durante el trayecto conversamos con Hassan, el guía de los camellos, y pudimos descubrir datos interesantes como que la frontera con Argelia se divisaba en lejanas montañas, que debajo del desierto existen pozos de agua a 10 metros de profundidad (ahora bastante secos), o que los camellos vivían 30-40 años y que los nuestros tenían en torno a diez. También nos comentó que en aquellos lugares los camellos eran útiles y caros. Mustapha tenía seis camellos y él los cuidaba. Llegados a este punto, tengo que hacer una aclaración y es que los camellos en realidad no son camellos sino dromedarios. Tienen una sola joroba. Los camellos tienen dos y son más propios de Asia.

Una vez en el campamento, apenas nos bajamos de nuestros ‘’camellos’’ Hassan nos quiso vender algunas figuras pero realmente no nos gustaron ni queríamos comprarlas. Me sentí mal pero le dijimos que no.

Al llegar a la puertas del campamento nos recibió muy amablemente Hamid. Amablemente nos indicó cual era nuestra Jaima (caseta de estilo bereber en la arena del desierto) y nos dijo que en una hora aproximadamente la cena estaría lista. Nuestra Jaima era muy acogedora y grande. Disponía de baño con ducha incluida y de dos habitaciones. Una con una cama doble y otra individual y otra con tres camas individuales. A mi me gustó mucho, a Rocío no tanto porque la encontraba como el primer alojamiento, un poco polvoriento. Razón no le faltaba pues estábamos en pleno desierto pero en realidad debería de ser menos exigente con esto. Para viajar y recorrer el mundo hay que saber renunciar a algunas comodidades de nuestro hogar.

Una vez que dejamos nuestros equipajes y nos acomodamos en nuestra tienda, salimos al exterior donde en una terraza pudimos cargar los móviles y tomar té mientras esperábamos la cena. En la terraza se encontraba una pareja de turistas como nosotros. Eran dos jóvenes marroquíes que provenían de la costa atlántica de Marruecos, concretamente de El Yadida, cerca de Casablanca. No intercambiamos muchas palabras con ellos porque no hablaban español y nosotros tampoco hablábamos árabe.

Hamid en todo momento fue muy amable y considerado con nosotros. Se portó muy bien.

Sobre las 20 horas cenamos en el comedor del campamento. Era acogedor. Fuera hacia algo de frio pero adentro se estaba muy a gusto. Cenamos Tajine de pollo y ensalada. Me encantó, sobre todo el Tajine. A Rocío no tanto y es que ella es un poco delicada con la comida. Pero no tuvo más remedio que comer un poco.

Finalizada la cena hablamos con Hamouadi para ver las posibles excursiones que podríamos hacer al día siguiente pero no nos gustaron las posibilidades. No eran muy atractivas y eran bastante caras. Queríamos subir a la gran duna y lo haríamos por nuestros medios.

Sobre las 22 horas encendieron una hoguera en las afueras del campamento y Hamid, Hassan y otros dos trabajadores del campamento cantaron al calor del fuego canciones típicas bereberes acompañados con los típicos timbales y tambores marroquíes. Fue un bonito momento. En este lugar Hamid bautizo a Rocío como Fatima. Le resultaba mucho más fácil llamarla así. Más adelante Mustapha le podría apellido, Fatima Cus Cus. Entre muchas conversaciones con Hamid nos dijo que ahora era una época tranquila en el desierto en cuanto a turismo. Que en marzo (Semana Santa) venia mucha gente. También me sorprendió contándome que el peor mes de sol aquí era octubre. Al parecer esto es debido a que el sol por esas fechas está muy alto en el cielo y es muy fácil sufrir una insolación. Por dicho motivo no pueden trabajar por periodos prolongados de tiempo. Ahora la temperatura era fría pero no demasiado por que estaba nublado. Rondábamos entre los 10-15 grados y según Hamid por estas fechas, en las noches estrelladas, la temperatura solía bajar de 0 grados.

A las 22:40 horas nos fuimos a nuestra Jaima a descansar. Se respiraba paz y tranquilidad aquí. Me encanta estar lejos del bullicio y de la vida ajetreada que últimamente vivimos en nuestras rutinas.

Rocío empezó a encontrarse regular. Quizás no le sentó bien la cena. Por suerte solo sería esta noche.

 

09-02-2024 Erg Chebbi.

A las 06:45 horas despierto. Me mantengo en la cama pero no tengo sueño. Rocío también se despierta antes del alba así que decidimos ponernos en pie y salir a ver el amanecer. Sin embargo, tuvimos un poco de mala suerte pues el día amaneció nublado. Aunque vimos los tonos anaranjados del cielo, no pudimos ver al propio Sol salir detrás de horizonte, tras las montañas argelinas.

Una vez visto el semiamanecer volvimos a la tienda e hicimos tiempo hasta la hora del desayuno. Charlamos sobre la noche pasada. Algún gato estuvo revoloteando por encima de la Jaima. Los dos nos dimos cuenta. En el silencio de la noche se escuchó bastante. Nos imaginábamos que podría ser una pantera del desierto pero al día siguiente Hamid nos dijo que de haber sido un animal más grande que un gato, el techo de la Jaima hubiera sucumbido sobre nuestras cabezas.

Desayunamos sobre las 09:30 horas. Otro desayuno de dioses, parecido al de ayer. Mermelada, miel, quesitos, aceite, aceitunas, pan, te, café…¡qué maravilla!

Una vez bien alimentados e hidratados, hicimos las mochilas y nos fuimos caminando a la Gran Duna. Antes de irnos se lo dijimos a Hamid quien nos pidió que tuviéramos cuidado ya que no hacia muy buen día y apuntaba lluvia. De broma le dije que ojalá la lluvia esperara unos días a que no estuviéramos allí y me respondió que no, que ojala llegara hoy mismo pues últimamente no llovía nada y hacia mucha falta el agua.

Comenzamos a caminar con calma, viendo la Gran Duna al fondo. Parecía lejos pero en realidad en apenas una hora de ruta ya estábamos a sus pies. Soplaba el viento y una vez en su arista se hacía bastante incómodo caminar con ella. Finalmente coronamos los tres picos de la Gran Duna (no sabíamos cual era realmente el mas alto así que aseguramos) en apenas una hora y media. En mucho menos tiempo de lo que nos habían dicho. Recuerdo las palabras de Hamouadi el día de ayer cuando hablamos sobre las excursiones y yo le expuse nuestra intención de subir a la Gran Duna. Me decía que era peligroso porque en el desierto todas las dunas eran iguales y que además se esperaba en el día de hoy alguna tormenta de arena por lo que no se vería nada y podríamos perdernos. Tenía razón pero nosotros íbamos preparados. Teníamos buenas referencias visuales y en caso de perderlas, íbamos con GPS en el móvil totalmente cargado. No había fallo. La tormenta de arena llegó por la tarde cuando ya estábamos a salvo en el interior de nuestra Jaima. Aquí comparto la actividad en mi cuenta de Strava https://www.strava.com/activities/10743653380

Sobre las 15 horas estábamos de vuelta en el campamento. Hubiéramos llegado mucho antes pero como no teníamos nada que hacer por la tarde preferimos realizar una ruta mas circular y visitar otros campamentos cercanos. Así mismo, comimos sentados en unas sillas colocadas en lo alto de una duna, mirando hacia el Este.

El viento comenzó a arreciar e incluso a caer algunas gotas de lluvia cuando ya estábamos llegando a nuestro campamento, pero tan solo fue un mero espejismo. Ni rastro de lluvia.

Ya por la tarde al calor del techo del área de descanso del campamento, intenté arreglar sin éxito una de mis cámaras. Hacia tiempo que no la utilizaba y me la traje al viaje, pero enseguida comenzó a dar problemas. Me daba un error al pulsar el disparador. No conseguí arreglarla. Me resigné. Tendré que llevarla a reparar…

Sobre las 16 horas, Rocío y yo cogimos unas tablas de Snow del propio campamento. Le preguntamos a Hamid si podíamos y nos contestó afirmativamente. Sin embargo, pudimos comprobar que las tablas eran más bien de ornamentación. Quedaba muy chulas apoyadas sobre una de las Jaimas pero realmente no valían para nada más que eso. No deslizaban e incluso una de ellas tenía uno de los agarres del pie roto. Nos hicimos unas fotos de postureo con ella y llenamos una botellita de agua de arena del desierto. Una vez en casa, haríamos pequeñas botellitas de cristal con dicha arena para regalar. Siempre me gusta hacer esto cuando voy a lugares de este tipo. Yo mismo también las colecciono. En mi casa tengo tierra de muchos lugares del planeta (desiertos, playas, montañas, volcanes…)

El tiempo que restaba para la llegada de la cena nos lo pegamos tumbados charlando con Hamid al calor de un típico té marroquí. Nos vino bien no hacer nada y simplemente relajarnos. Llevábamos tiempo sin hacerlo. Nuestros viajes suelen ser muy intensos porque siempre hay muchos estímulos pero esta tarde el único estímulo era charlar entre nosotros, revisar las fotografías realizadas y, quizás, charlar un poco mediante WhatsApp con familiares y amigos ya que existían Wifi. Increíble que internet haya llegado hasta el mismísimo desierto ¿eh? Como ha cambiado el mundo…

Sobre las 19 horas, ya anocheciendo, llega una familia india. Según nos dicen viven en Reino Unido. Han llegado en camellos y solo estarán una noche. Mañana volverán en camello nuevamente. Muy efímera su visita, apenas sin tiempo de saborear nada. No obstante, se lo pasan bien e intentan sacarle jugo a cada instante.

Sobre las 20 horas Hamid nos dice que la cena ya está lista así que marchamos a la carpa comedor. Que a gustito se está aquí. Hoy toca de nuevo Tajine. Uno de pollo para Rocío y otro de kefta y huevos para mí. El kefta es una carne parecida a la de hamburguesa. ¡Que rico estaba!

Tras la cena, al igual que ayer, hubo música pero esta vez, debido al fuerte viento, sin fuego. Tocaron en la carpa exterior donde estuvimos toda la tarde bebiendo té. Está vez solo era Hamid y el guía de camellos que había traído a la familia india. Fue más familiar y más improvisado. Incluso nos dejaron los tambores y timbales para tocar nosotros. Ya os podéis imaginar el desastre… Rocío dice que soy arrítmico, yo creo que no toco tan mal. Solo me hace falta un poco de práctica... Acabamos tocando y cantando la canción de Macarena de Los Del Rio, y la familia india grabándonos… quien sabe si ese video se hará viral en la India…

Sobre las 23 horas nos marchamos a nuestros aposentos para descansar. Fuera hacia fresco y algo de viento. El cielo también estaba nublado lo que fue una gran putada ya que el manto de estrellas que tiene que verse en este lugar debe ser apoteósico.

 

10-02-2024 Erg Chebbi- Erfoud, 60 kilómetros.

A las 07:45 horas estamos en pie. Hoy no nos apetece salir a ver el amanecer pero tendríamos que haberlo hecho. Luce un sol fantástico.

Desde las 07 horas llevamos despierto por culpa de un perro salvaje que se encuentra en las inmediaciones del campamento ladrando sin parar. No se que mosca le habría picado…

Desayunamos de maravilla como siempre. No faltaba de nada. Pan, pañuelos, aceite, mermelada, quesitos, té, café…  e incluso esta vez un tajine de huevos. ¡Qué bueno!

Sobre las 10 horas nos despedimos de Hamid, muy agradecidos por todo el trato que nos ha dispensado y junto a Mustapha y Hamuadi marchamos en 4x4 al lugar de donde salimos dos días antes. En apenas 15 minutos cruzamos el desierto surcando las dunas. ¡Con los camellos lo hicimos en una hora y media!. Paramos incluso frente a la gran duna para hacernos varias fotos de rigor. Pude también grabar el track con mi reloj GPS. Tenía esa espinita de no haberlo hecho a la ida en camello pues se me olvidó activarlo. Sin embargo, lo hice a la vuelta. El camino no era el mismo al 100% pero era bastante parecido. Aquí tienes el enlace de Wikiloc https://es.wikiloc.com/rutas-todo-terreno/cruzando-el-desierto-160892750

Ya en la Rosa des dunes, pagamos los servicios prestados y nos despedimos de Mustapha y Hamuadi. Han sido muy amables con nosotros. Estamos muy agradecidos, de verdad.

Volvemos a mi cochecito, volvemos con Pimentón. Todo está en orden. Tras guardar las cosas, arrancamos y zarpamos rumbo a Erfoud. Lo hacemos por la misma carretera (R-702) que vinimos el primer día pero ahora lo hacemos de día, pudiendo ver todas las maravillas que hay a nuestro alrededor. A esta carretera se le denomina la carretera de fósiles ya que durante el recorrido de la misma existen montañas repletas de ellos. También existen muchas tiendas y exposiciones prácticamente a pie de carretera. Nosotros paramos en una que se encontraba un poco más escondida. Existían carteles y pinturas gigantes en la propia montaña que la indicaban ‘’LACARRIEREDESFOSSILES’’. Allí nos recibió Mohamed. Nos enseñó su colección y nos habló un poco de aquel lugar. Decía que todos esos fósiles eran de la zona y que incluso yo mismo podía encontrarlos si me adentraba en las montañas con un pico. Los trabajaba y pulía a mano. Nos contó que era nómada pero que hace 20 años se asentó en este lugar y se dedicó a coleccionar y vender fósiles. Hoy tiene 45 años. Compramos dos rosas del desierto provenientes de la vecina y cercana Argelia (las de la zona eran mucho más feas pues no tenían forma apenas), y dos colgantes por 200 DH. Tuvo el detalle también de regalarnos un souvenir para cada uno. A Rocío un colgante de fósil pulido y a mi una pequeña vertebra de dinosaurio y un par de pequeños caracoles fosilizados. Fue un rato agradable el que pasamos allí con él. Después, Rocío y yo, dimos una vuelta por la zona y pudimos encontrar un fósil de una concha marina. Que curiosidad…

Marchamos de la zona y ahora nos dirigimos a un punto marcado en el mapa. Los Pozos de El Khattara, en las inmediaciones de Erfoud. Estos pozos tienen una historia muy curiosa. Para empezar, decir que todo el terreno está salpicado de cientos de ellos, todos muy juntos entre sí. Al parecer en el pasado cada pozo era de una familia. Sin embargo, en la actualidad están secos porque con la construcción, hace unos años, de la presa de Errachidia ya no llega agua a esta zona. Hoy en día, y tras una remodelación de los mismos, los pozos están interconectados bajo tierra y se puede bajar a visitarlos. Visitamos un tramo de unos 100-150 metros durante los cuales pudimos ver 10-12 pozos sobre nuestras cabezas. Aunque nuestra visita estaba acotada y no podíamos continuar el recorrido por debajo tierra por razones de seguridad, existen más de 300 kilómetros de galerías subterráneas. Sin embargo, no todas están remodeladas ni son seguras. La entrada nos costó 10 DH por persona pero en realidad no estoy seguro de que hubiera que pagar pues leí que eran gratuitos. No lo sé… en cualquier caso el hombre que estaba en la puerta de acceso al nivel inferior nos pedía 20 DH por persona. Le dije que no, que un chico con el que habíamos hablado antes nos había dicho que era 10 DH. Refunfuñando finalmente nos dejó entrar.

Una vez finalizada la visita a los pozos ya íbamos de nuevo a Erfoud encaminándonos hacia nuestro alojamiento de hoy, pero antes quise parar en una antigua fortaleza abandonada que vi cuando veníamos de camino. Era una gran Kasbah casi desmoronada en su totalidad. Tan solo quedaban algunas paredes y lo que parecía que era la parte principal de la construcción. Una especie de Torre del homenaje o Palacio bereber. Sin duda, aquí residía alguien de importancia notoria en la zona. Tomamos una fotos y unos videos y caminamos un rato por su interior. La verdad es que había ángulos fotográficos espectaculares. Merecía mucho la pena. Mi amigo Jiu, me dijo después que en ese lugar se habían grabado algunas películas. Aquí os dejo el enlace al video de mi canal de Youtube https://www.youtube.com/watch?v=utov7_OKxAs&t=74s

Apenas salimos de la fortaleza y nos dirigíamos al coche, no tardó en acercarse un chico de la zona. Como siempre, venía a pedir… En realidad soy consciente de que no nadan en la abundancia pero la pesadez y la insistencia continua durante toda la aventura por Marruecos hace que uno se insensibilice e incluso te sientas mal porque te tratan como si fueras un billete andante. Muchas veces, que no todas, sientes que lo único que les importa es tu dinero.

Cerca de este lugar existen tres puntos en el mapa que nos hubiera gustado visitar pero necesitábamos un 4x4. La espiral aurea, la escalera celeste y la ciudad de orión. Son esculturas realizadas al parecer por un americano en el medio del desierto. No tiene ninguna historia importante pero es curiosa verlas. Intentamos contratar alguna excursión para ir pero teníamos que contratarla desde Erfoud y nos dijeron que el precio rondaría los 100 euros. Nos pareció muy caro así que lo dejaremos para la próxima vez que volvamos.

Ya era la hora de comer así que ya muy cerquita de nuestro alojamiento, decidimos parar a repostar nuestro cuerpo. Lo hicimos en la misma Pizzería que cuando bajamos, Pizzería des dunes. Al igual que la primera vez, nos trataron muy bien, la comida estuvo muy buena y nos pareció un buen precio lo que nos cobraron. Pedimos unas pizzas y un par de bebidas por 150 DH y a continuación, marchamos a descubrir el Hotel del que tan bien nos habían hablado. El más lujoso y también el más caro. La joya de la corona en cuento a alojamientos se refiere en este viaje, el Kasbah Hotel Xaluca.

Sobre las 16:15 horas llegamos a él. La verdad es que por fuera no llamaba tanto la atención pero por dentro era espectacular. Incluso nos recibieron con música típica y un té. Me gusta pasar desapercibido y la verdad es que en aquel momento éramos el centro de atención. Eso me incomoda pero sé que es lo normal cada vez que viene un cliente nuevo así que nada, a sentirnos protagonistas por un rato. En la recepción mientras hacíamos el Check in aprovechamos para coger un extra en la tarde. Una sesión de Hamman o Baño turco a las 18 horas.

Una vez en nuestra espectacular habitación, dejamos nuestros bártulos y comenzamos a explorar. La habitación se componía de una cama extra grande. Tenía TV y toda la decoración era típica. A la entrada del baño teníamos un gran espejo y un lavabo precioso realizado en mármol con incrustaciones de fósiles. A la derecha un simple WC y a la izquierda una ducha en forma de espiral aurea. Fuera de la habitación todo el hotel es un espectáculo. Nada más entrar por la puerta principal existe un gran patio central repleto de palmeras donde está la piscina, el bar y el restaurante y luego según te vas adentrando van surgiendo calles y patios interiores entre diversos alojamientos. Toda la azotea del hotel es transitable y puedes subir y bajar por lados diferentes. Desde aquí las vistas son muy chulas. Hacia el Este la entrada al complejo con la gran explanada de aparcamiento y el recinto donde guardan los camellos. Al Oeste una pequeñas dunas se vislumbran reflejando los rayos del Sol. Hacia el Norte y hacia el Sur nada. Un inmensa explanada desértica salpicada de vez en cuando por otras construcciones y hoteles.

Solo quedaba relajarse y disfrutar lo que quedaba de día así que tras el paseo de exploración nos pusimos el bañador y nos marchamos al Hamman. Allí estuvimos unas dos horas y luego, antes de cenar, nos pegamos un baño rápido en la calentita y acogedora piscina cubierta, la cual, junto al Hamman, se situaba cerca de nuestra habitación.  El Hamman al principio nos pareció bastante simple para lo que nos había costado (150 DH cada uno) pero luego, al empezar a llenarse todo de Vapor, mejoró. Nos pegamos unos buenos baños y limpiamos bien nuestra piel de la arena y asperezas del vasto desierto. Nos hacía falta.

Sobre las 21:30 horas marchamos a cenar al restaurante. Teníamos, al igual que en el campamento en el desierto, régimen de media pensión con desayuno y cena incluida. Era Buffet libre aunque a decir verdad, no era muy voluminoso sino más bien pequeñito y no disponía de la variedad de comida que he podido ver en otros buffets en España. Sin embargo, era más que aceptable. Hambre no íbamos a pasar, ni muchísimo menos. Sin embargo, me llamó la atención que la bebida no estaba incluida, ni siquiera el agua que tuvimos que pagarla a parte. Por el precio que habíamos pagado por una noche (170 euros) no me pareció razonable esto último.

Tras la cena, dimos un breve paseo por el hotel bajo las estrellas y nos fuimos a la habitación a descansar para el lago día siguiente.

 

11-02-2024 Erfoud-Melilla, 590 kilómetros.

Nos ponemos en pie a las 07:30 horas. Nos aseamos y vestimos y vamos para el restaurante donde cenamos ayer. Aquí mismo es el desayuno. La verdad es que me gustó más el desayuno que la cena. Hoy si que había variedad. No había ninguna pega. Nos pusimos, yo en particular, las botas. De todo el desayuno, destaco dos cosas. Un queso dulce de cabra que estaba riquísimo y dos trabajadores (hombre y mujer) vestidos con el traje típico bereber del desierto que se encontraban en una esquina del buffet sirviendo té. La mujer tenía enanismo. Puede resultar un apunte sin importante y absurdo, pero en realidad, nunca había visto un bereber con enanismo.

Tras el desayuno volvimos a la habitación a recoger nuestras cosas. Sobre las 09:30 horas marchamos con Pimentón rumbo al Norte. Nos esperaba un largo día en coche pero a diferencia del primer día se nos hizo más ameno y no tuvimos ninguna incidencia.

A las 15 horas paramos a mitad de camino para comer. Lo hicimos en un área de servicio llamada Arizona. No podía tener mejor nombre. El lugar donde nos encontrábamos, con las montañas nevadas del Medio Atlas al fondo, bien podía ser el estado norteamericano. Comimos dos pizzas y dos bebidas (más dos botellitas de agua cortesía de la casa) por 100DH. Muy barato. Hacía calor. Durante la ruta habíamos tenido una temperatura cambiante. Calor al salir, frio en las inmediaciones de Errachidia debido a la altitud y las altas montañas del Alto Atlas que se vislumbraban también recientemente nevadas, y de nuevo calor en este lugar. A partir de aquí la temperatura se mantendría hasta la caída de la noche donde bajarían un poco.

Por el camino vimos muchos burritos a pie de carretera. Nos damos cuenta de que en el Marruecos rural el burro es indispensable y muy utilizado. No pudimos contenernos a cantar la famosa canción del burrito sabanero aunque estos ni tenía sabanas ni iban camino de Belén. También observamos muchas ovejas con la particularidad de que eran de color negro. Quizás tiene que ver con el hecho de que por el sol estás tuvieran algún tipo de mutación genética al igual que los habitantes del sur de Marruecos que también suelen tener un tono de piel más oscuro que los del norte.

Durante la ruta, en las inmediaciones de Errachidia, vimos muchos coches de rally que iban dirección Sur. Había de muchos países. Probablemente se celebraría en los próximos días algún rally por aquella zona. Eran coches de pequeña cilindradas y clásicos tipo Peugeot 205. Molaban.

En la carretera interminable (N-15), antes de llegar a Guercif vimos una construcción abandonada en medio de la nada. No pude evitar la tentación de bajar y realizar un video. Parecía que era una Kasbah abandonada que había sido en parte remodelada para ser utilizada como hotel, pero no estoy seguro. No obstante aquí en este enlace tenéis el video que colgué en Youtube https://www.youtube.com/watch?v=Ix_BEqN0BLY

Ya en Guercif nos llamó la atención la cantidad de gente que merodeaba por las calles. Aún era de día y estábamos a unas dos horas de Melilla. También quisiera destacar que durante el camino nos sorprendió la cantidad de gente que se movía haciendo autostop. Parece ser que es muy común esta técnica para moverse por Marruecos.

Cerca de Monte Arruit nos pilló una tormenta de arena. No había visto nunca una en directo. Aunque no era muy grande era espectacular ver como una nube de arena se levantaba varias decenas de metros del suelo. La atravesamos sin ningún problema más allá de la falta de visibilidad.

Ya, oscureciendo, en las inmediaciones de Nador, concretamente en Seluan, repostamos a Pimentón (350 DH). Vemos también por esta zona muchos perros abandonados transitando las calles y carreteras. Nos dio mucha lástima. También hubo una cosa curiosa por todo el camino que a día de hoy no se responder. Muchos coches nos hacían luces. Yo imaginaba que era porque había un control de Policía pero en raras ocasiones era así. Eran más las ocasiones en las que no nos encontrábamos absolutamente nada. No se si es que simplemente nos saludaban… No obstante nosotros fuimos en todo momento respetando la velocidad y con mucho ojo para que no nos pasara lo que a la ida.

En Nador había mucho ambiente en las calles. Normal en una Urbe como esta que ya posee casi 200.000 habitantes.

Llegamos a la frontera ya de noche, y tras una hora de espera, sobre las 21:30, cruzamos sin ningún contratiempo. Ya solo quedaba llegar a casa, ducharse, deshacer el equipaje y descansar hasta la próxima aventura.

 

 

Gastos (dos personas)

Hoteles (excepto el primero, en régimen de media pensión)… 260 euros.

Trayecto en camello al Campamento y vuelta… 40 euros.

Comida… 55 euros.

Diesel… 90 euros.

Compras varias… 42 euros.

Visitas y extras… 42 euros.

Total… 520 euros aprox.

Kilómetros recorridos… 1400 aprox.

 

Aquí copio el enlace en Youtube de algunos videos de esta aventura…

https://www.youtube.com/watch?v=utov7_OKxAs&t=71s

https://www.youtube.com/watch?v=EjR5bGyNScc

https://www.youtube.com/watch?v=Ix_BEqN0BLY&t=238s

https://www.youtube.com/watch?v=MB2TY6yGYiI

https://www.youtube.com/watch?v=nmiiUPW-X14

https://www.youtube.com/watch?v=-7JSPtShH3g

https://www.youtube.com/watch?v=XI8ks7ftlag

https://www.youtube.com/watch?v=CaIGMl4mgvQ

https://www.youtube.com/watch?v=VPFBj0HpXwU























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