Va de Ferratas

 

Las vías ferratas como complemento a un viaje o como actividad de aventura es algo muy recomendable y, en función de su nivel de dificultad, apta para un elevado número de personas. Además de divertirte, liberarás endorfinas en grandes cantidades.

Pero, ¿sabemos que es una vía ferrata?. Yo te lo explico. Son recorridos verticales, horizontales o mixtos, preparados para desplazarse por paredes rocosas y acantilados de imposible acceso por otros medios. Gracias a grapas metálicas encastradas, escalones y salientes excavados o aprovechados en la propia roca, se puede acceder a parajes de belleza increíble. Gracias también al cable de vida al que estaremos anclados durante todo el recorrido, si nos caemos, nos salvaremos de una muerte casi segura. (Disculpad mi directa franqueza. No es que sea pesimista, pero es la realidad. Aunque si las cosas se hacen bien el riesgo es apenas perceptible)

Existen 6 niveles de dificultad (escala de Hüsler) que van desde el K1 (muy fácil) hasta el K6 (muy difícil). También existen otras escalas de medición de dificultad como por ejemplo el Sistema Francés (de menor a mayor sería F-PD-AD-D-TD-ED), pero la citada en primer lugar es la más común en España. Para la realización de la actividad es necesario disponer de un equipo mínimo consistente en un disipador (por si te caes), un arnés (para anclarte al disipador), una vaga de anclaje o también llamada tercera vaga (para descansar en la pared sin realizar esfuerzos) y casco homologado. A partir de ahí dependiendo de la ferrata pueden hacerte falta otros materiales como una polea si hay tirolina y/o cuerda, mosquetón y ‘’ocho’’ si para descender hay que hacer rápel, entre otros. No obstante, si nunca has hecho una vía ferrata, es posible contratar un guía a través de alguna de las muchas empresas de aventuras que realizan esta actividad. Estas también tienen la posibilidad de alquilarte el material necesario en caso de que no tengas el tuyo.

Durante la actividad habrá que realizar un esfuerzo físico (y en algunas también técnico) en un nivel acorde a la dificultad de la ferrata, pero sea cual sea, sin duda, el esfuerzo merecerá la pena y las vistas serán únicas. La sensación al acabarla es indescriptible.

Durante la progresión por la pared mediante grapas te puedes encontrar obstáculos a salvar como diferentes tipos de puentes (tibetanos, nepalíes o colgantes), péndulos, tirolinas, desplomes, rapeles... Como ves, es todo una aventura.

Pero eso sí, como decíamos, es necesario comenzar por la base y realizar vías con escaso nivel de dificultad para ir, poco a poco, cogiendo experiencia y soltura. Hay que ser consecuente con el nivel de cada uno y no ir por encima de nuestras posibilidades porque si no, tarde o temprano lo pagaremos.

Como digo, la seguridad es lo primero y hay que saber donde uno se mete y hasta donde puede llegar según sus posibilidades. De nosotros depende en muchas ocasiones, realizar una agradable actividad gratificante o pasar un mal rato sin ninguna necesidad.

Aunque vayamos asegurados gracias al disipador, una caída puede ser muy peligrosa y grave pues podemos golpearnos contra la pared o contra las propias grapas de la vía. Así mismo, puede resultar complicado rescatar a una persona que se encuentra colgando tras una caída de una ferrata. Por todo esto, siempre hay que ir acompañado para que puedan socorrernos en caso necesario y viceversa. Y por supuesto, siempre mantener la calma.

Indispensable, no tener vértigo y, como decía, mantener la calma en situaciones tensas y delicadas. Pensar y ahorrar energía en este deporte siempre que se pueda es vital. De ello dependerá que llegues al final del recorrido en buenas condiciones, que llegues temblando o directamente que no llegues porque te quedes sin fuerzas a medio camino. En este último caso, en las vías suelen haber escapes durante el recorrido para salir de las mismas. Por ello, es muy importante realizar un estudio previo de la vía con anterioridad a su realización. De este modo sabremos su nivel general de dificultad (fuerza, factor psicológico, resistencia, equipamiento, terreno) y conoceremos su ficha técnica (si hay rapeles y es necesario llevar cuerda, si posee tirolina, longitud y tiempo de realización, etc). Tras esto la conoceremos mejor y le sacaremos un mayor disfrute sin sufrir imprevistos evitables. Además, también sabremos si una vez superado cierto punto de la vía hay posibilidad de retorno (escape) o si ya la única salida es por arriba. Ojo con esto.

Sin embargo, no nos asustemos, como decía al principio hay muchas vías ferratas muy accesibles, donde los niños y las personas con una agilidad y nivel deportivo menor pueden iniciarse y coger el vicio.

Una vez superado ese miedo instintivo al vacío, la Vía Ferrata se convierte en un camino aéreo que nos lleva a lugares insospechados a los que de otra manera sería imposible llegar. Las vías ferratas son un deporte tranquilo, lleno de disfrute, con y en la naturaleza, una manera de relacionarnos con ella y de entender y apreciar su grandeza.











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